23/1/19

Los niños de azul y las niñas de rosa


No es frase solo de la ultraderechista ministra de educación brasileña, es original de la extrema derecha francesa y la hace suya también el nuevo PP. El que aplaude largo y tendido las perlas dialécticas que nos deja su líder, el señor Casado.

El PP que se desangra por VOX. Este PP que está diciendo a sus muchos votantes fugados que no cambien el voto porque, en lo fundamental, ellos dicen lo mismo que VOX. El PP que en Andalucía dice que el acuerdo con VOX es un modelo de regeneración democrática. El mismo PP que ha impulsado los conciertos educativos con los colegios que llevan a cabo una “escolarización diferenciada”, la segregada, la de los chicos por un lado y las chicas por otro. Este PP que pone el grito en el cielo cuando la señora Ministra de Educación, doña Isabel Celaá, planteó la necesidad de hablar con estos centros. Un PP que ve normal que se sostenga, con el dinero de todos y de todas, una educación que discrimine a niños y a niñas en pleno siglo XXI, porque, además, estos colegios enriquecen la oferta educativa y posibilitan la libertad de elección de enseñanza.

Se justifique hoy día como quiera justificarse, la única verdad es que en España hay 170 colegios de este tipo, que SEGREGAN a chicos y a chicas, todos ellos ligados al OPUS DEI o a distintas órdenes religiosas de carácter ultra conservador. De ellos, aproximadamente 70 están concertados, lo que supone entre 90 y 100 millones de euros públicos al año.

Como no quiero basarme solamente en un argumentario propio de la política educativa o de la sociología de la educación, permítanme hacer uso de un artículo publicado en noviembre de 2013 por la prestigiosa revista Science: “la pseudociencia de la escolarización por sexos”. “Segregar por sexos no es ciencia, es prejuicio. Separar a chicos y chicas en la escuela convierte al género en un aspecto muy importante y esto hace que se refuercen los estereotipos y el sexismo”. “Cualquier forma de segregar mina la igualdad en lugar de promoverla”. “Esta separación por sexos equivale a segregar por raza o procedencia y no hace más que aumentar los prejuicios”. Desde luego estos científicos…Qué cosas tienen señores del PP.

Para la catedrática de psicología de la Universidad Complutense de Madrid, doña María José Aguado, “la escuela diversa, la que representa el tipo de mundo donde los niños van a vivir, es el mejor contexto educativo”.


Está claro que la diversidad implica más conflictos. Lo que tienen que hacer los niños es aprender a resolverlos. A estas alturas uno piensa que debería estar bastante claro que la escuela no solo enseña, tiene también una función socializadora, entre otras. Inocentemente, también, uno piensa que un entorno separado no favorece para nada que los niños y niñas interioricen ideas de igualdad entre sexos.

La socióloga y catedrática emérita de la Universidad Autónoma de Barcelona, Marina Subirats, plantea que “educar separadamente solo tiene sentido si se parte de la idea de que cada sexo ha de tener una distinta función social, un destino distinto y, por lo tanto, de que mujeres y hombres no deben gozar de las mismas posibilidades”.

Pues nada, sigan así: los niños espadas y las niñas muñecas.

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