Cada poco tiempo emerge el debate, en la opinión pública,
sobre si son convenientes o no los deberes para casa. Incluso en alguna
Comunidad Autónoma se han regulado y en otras se está pensando en hacer. En lo
que respecta a la regulación, creo que es más el ruido que las nueces, ya que
las normativas únicamente recomiendan que las actividades de aprendizaje se
realicen “dentro de la jornada lectiva”, para no reducir el tiempo de juego de
los niños y niñas, siempre refiriéndose a educación primaria, ya que consideran que el
juego es un derecho de la infancia.
Realmente son una declaración de intenciones, porque en el
día a día los que tiene que ver si son necesarios los deberes o no es el personal docente. No se puede regular todo. Estas
cosas dependen del día a día, del ritmo de la clase, de cada niño o niña de
forma particular.
En un mundo ideal, con una plantilla de profesorado muy motivada, con una
ratio de 15 alumnos y alumnas por clase y con un temario asumible, estoy segura de que se
podría trabajar muy bien en clase y no serían necesarios los deberes. Pero estamos muy lejos de este mundo ideal.
La ratio en la Comunidad de Madrid en primaria
está en 25 personas por clase, pero en ocasiones, por las circunstancias, se
supera. El currículo esta inflado,
todavía más según se aumenta de curso, a veces no da tiempo a darlo todo. Y tenemos a profesores y profesoras bastante maltratados por la administración y, en ocasiones, por los
padres, con muchos problemas con el alumnado en secundaria y bachillerato.
Todo esto no los lleva a estar muy motivados.
Por eso, cuando nos hacemos esta pregunta, ¿deberes si o no?,
resulta que no es tan sencilla y debemos tener en cuenta la situación general
de nuestra Educación Pública antes de contestar.
Un saludo.
Ana Sotos
Secretaria de Políticas Educativas y Simpatizantes
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