29/3/17

¿De qué hablamos cuando hablamos de educación?

Algunas reflexiones sobre los objetivos de la educación y la LOMCE.

Ahora que dentro de la comunidad escolar y desde todos los partidos políticos (dada la actual situación de fuerzas en el parlamento), se está hablando tanto de la necesidad de un pacto de estado por la educación, permítanme algunas reflexiones propias y ajenas sobre lo que debe entenderse que es prioritario en un acuerdo: ¿Cuáles son los fines de la educación?

Empezaré por lo que tenemos que no es otra cosa que la actual Ley de Educación; la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa). De su preámbulo: “La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y las cotas de prosperidad de un país; su nivel educativo determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se plantean en el futuro”.

Por comparar lo haré con el título preliminar de la primera Ley de Educación de nuestra ya avanzada democracia: la LOGSE: “La actividad educativa, orientada por los principios y declaraciones de la Constitución, tendrá en los centros docentes a que se refiere la ley, los siguientes fines:

a)       El pleno desarrollo de la personalidad del alumno.
b)      La formación en el respeto de los derechos y libertades fundamentales y en el ejercicio de la tolerancia y la libertad dentro de los principios democráticos de convivencia.
c)       La adquisición de hábitos intelectuales y técnicas de trabajo, así como de conocimientos científicos, técnicos, humanísticos, históricos y estéticos.
d)      La capacidad para el ejercicio de actividades profesionales.

Y varias más.

Pues parece que si hay diferencias y grandes: La LOMCE prima la competitividad mientras que la LOGSE primaba la cooperación.

La LOMCE, la actual Ley de Educación, una ley que prometimos todos los partidos políticos, menos el PP, que se derogaría, si la relación de fuerzas cambiaba en el parlamento, es una ley cuyo objetivo fundamental es que la educación sirva para formar para que la economía vaya bien, preparar mano de obra, personas “productivas” para la sociedad. Ni más, ni menos.

En ningún momento se plantea un modelo de Escuela centrado en formar ciudadanos que sepan relacionarse (criticar, proponer, acordar) y trabajar en equipo.

No se hace ningún caso a las recomendaciones de la UNESCO en el informe de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI: La Educación encierra un tesoro. “Frente a los numerosos desafíos del porvenir, la educación constituye un elemento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social”.

Quiero trasladar algunas reflexiones que me han parecido brillantes y de muy actualidad:

  • Eduardo Mendoza: “Hay un proyecto, quizá inconsciente, de manufacturar ciudadanos que no sean malos pero si tontos”.

  • Fernando Sabater: “La educación no puede supeditarse a lo inmediato, no puede responder solo a formar “empleados” o “empleables” ni puede dejar que las compañías diseñen, de acuerdo con sus necesidades, los planes de estudio. Educar es desarrollar la humanidad e ilustrar a los futuros ciudadanos. Los saberes en apariencia inútiles en el plano de la rentabilidad crematística (literatura, filosofía, historia) son los más útiles para la persona libre, no para el que tenga vocación de siervo; que es lo opuesto a la ciudadanía. Quizá el sentido profundo de la EDUCACIÓN sea solo eso: CREAR CIUDADANOS Y NO SIERVOS.”

Uno de los objetivos de desarrollo sostenible que la ONU se ha fijado en educación es MAXIMIZAR EL POTENCIAL DE CADA CHICO, algo fundamental para poder estar al nivel de la llamada de atención que nos hace doña Almudena Semur, coordinadora del servicio de estudios del IEE (Instituto de Estudios Económicos): “La sociedad debe prepararse para trabajos que no existen, con herramientas que no se han desarrollado, para resolver problemas que aún no se han planteado”.

Pues empecemos a plantearnos que deberíamos hacer caso a las recomendaciones de organismos internacionales como la UNESCO cuando plantea que los fines, o los pilares de la educación son cuatro: Aprender a SER, a ESTAR, a SABER Y a HACER.

Luis González Santos
Concejal socialista en el Ayuntamiento de Alcobendas


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